«Barrio Triste»: Cuando lo visual está al servicio de la realidad

El director colombiano-americano “Stillz” vuelve a sus raíces y desarrolla su primer largometraje en la ciudad de Medellín.

El film, que tuvo su estreno en la sección Horizons de la edición número 82 del Festival de Cinema de Venecia, se presenta hoy en el Festival Internacional de Toronto (TIFF) .

Ambientada en los años ochenta y con la producción ejecutiva de Harmony Korine, junto a los productores Eric Khon, James Clauer y Esteban Zuluaga, el film retrata la desesperanza de un grupo de jóvenes cuya vida ha sido marcada por el lugar donde nacieron.

Barrio Triste

Un periodista se apresta a tener un despacho en vivo cuando un grupo de jóvenes le roba la cámara de filmación. Esa herramienta visual, comienza a ser su acompañante fiel de todo su tránsito en el lugar donde viven, así, con cámara en mano, empezamos como auditores a vivir en primera persona lo que cotidianamente hacen estos jóvenes en un día de sus vidas.

Es el barrio, en ese contexto, el que toma una vital importancia y se convierte en un protagonista extendido de sus vidas, es donde nacieron y el que ha formado quienes son hoy, lo que vuelve a la reflexión de cómo una vida puede estar predeterminada solo por formar parte de un territorio en particular y al mismo tiempo cómo se produce una naturalización del dolor y la violencia propia de la marginalidad a la que están sometidos, causando un constante de desesperanza.

El barrio, muestra la soledad de la pobreza, lo que se puede ver en los ojos del protagonista quien en un primer plano le abre el corazón a quien pregunta si en él existe la felicidad, a lo que le joven contesta que es solo pasajera, que para él no existe la felicidad permanente.

En otros extractos, que vienen y van, entre calles y pasajes que muestran lo físico pero también lo emocional del lugar, cuenta que nunca tuvo una figura paterna presente y que ahora, mientras seca sus lágrimas, lo único que quiere es ver a su hija de 4 años a quien no ha podido ver.

Los protagonistas

La primera escena que sigue la vida de estos jóvenes es dentro de un auto donde van en camino a robar una joyería. De fondo, en la radio, se escucha una entrevista a un asesino serial que comenzó a matar cuando tenía dieciséis años. Los periodistas siguen preguntándole cosas como si fuera algo totalmente cotidiano lo que afirma que en cierto sentido en el barrio, lo es. 

Luego del atraco a la joyería vuelven a sus viviendas. Velas, santuarios a desaparecidos, hasta un caballo encerrado en una pieza y es que en “Barrio Triste” la desesperanza no solo se ve en los escuetos diálogos de los jóvenes que en este caso los representan, se siente en las calles de tierra desbordadas de basura, de casas no terminadas y de una pobreza que trasciende lo económico si no lo espiritual, pareciera ser que no existe esperanza y eso en el film se vuelve una constante reflexión. 

La pobreza es evidente, pero no solo en términos económicos, una cuasi etnografía participante donde el espectador puede vivir en primera persona a través de una cámara en mano y planos secuencia que casi no paran, la emocionalidad que acompaña el relato y que surrealistamente es acompañada por una extraña oscura figura que puede simbolizar las condiciones y el destino de lo que te tocó vivir.

Sin duda una película marcada por una estética de quien realiza videos de música y fotografía, con tintes experimentales, con una visualidad exquisita en contraste a lo que se retrata que hace conectar con la audiencia desde una realidad cruda, sin filtros, la que muchas veces es invisible al ojo cotidiano o incluso no se quiere ver y no por eso, no existe.

Con una banda sonora espectacular realizada por ARCA y un elenco que incluye a Juan Pablo Baena, Samuel Velázquez, Tomás Tinoco Higuita, entre otros, «Barrio Triste» no dejará indiferente a quien la asista, definitivamente.

«Barrio Triste»: Cuando lo visual está al servicio de la realidad ¿Qué opinas? Déjanos tus comentarios

¿Te gustó este artículo?

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en LinkedIn
Compartir en Gmail