Diego Luna y el eco de un padre en “Kiss of the Spider Woman”

En la conferencia de prensa de la nueva adaptación de Bill Condon, la historia de Manuel Puig volvió a vibrar entre la política, el musical y la intimidad. Para Diego Luna, todo se resume en un homenaje: a su padre, al cine y al poder de abrirse a la vulnerabilidad.

El amor según Puig

Bill Condon no dudó en llamar a Manuel Puig un visionario: “estaba adelantado a su tiempo”. Para el director, la novela no solo hablaba de amor en tiempos oscuros como la dictadura, sino también de fluidez de género, de identidades múltiples y de la posibilidad de que el cine sea un espacio seguro. “Tenemos que recordarle a las nuevas generaciones que el amor es amor”, subrayó junto al resto del elenco.

Jennifer Lopez y la diva espejo

Jennifer Lopez confesó que siempre había soñado con hacer un musical. «Su Ingrid Luna» es un collage inspirado en íconos clásicos: Judy Garland, Ava Gardner, Rita Hayworth, Lana Turner. El maquillaje, el vestuario fueron piezas de un rompecabezas que le permitió habitar tres mujeres distintas, todas en busca de lo mismo: el amor. Para López, la película es también un homenaje al cine mismo, a esa magia que convierte la fantasía en realidad.

Tonatiuh: Molina y la ternura

El joven actor habló de la fragilidad de su Molina, de cómo el material original le dio la llave para habitarlo sin imitar versiones previas. Evocó la masculinidad rígida de los años cuarenta, el closet de Montgomery Clift o la energía de Gene Kelly como contrastes que le permitieron delinear un personaje que abraza la ternura. Además, las escenas de prisión fueron filmadas en secuencia en Uruguay y eso ayudó según el actor a reforzar ese tejido íntimo entre los actores.

Diego Luna: un padre, un oficio, un espejo

Pero el momento más emotivo llegó con Diego Luna. Habló de Valentín como una suma de tensiones: la política y la intimidad, el conflicto y la ternura. Lo central, dijo, es permitir la vulnerabilidad incluso en medio de las peores condiciones. Y ahí fue donde el actor abrió su corazón: recordó a su padre, escenógrafo, y cómo esta película —con su mezcla de teatro y cine— se convirtió para él en una forma de estar cerca suyo. “Es mi vida; es lo que hago”, resumió.

Lo que quedó flotando luego de la conferencia fue la fragilidad. No la fragilidad como debilidad, sino como el centro mismo de este relato. El coraje de mostrarse vulnerable frente al otro, frente a la cámara, frente a la memoria de un padre. Tal vez ese sea el mayor legado de Kiss of the Spider Woman en esta nueva versión, enseñarnos que la ternura puede ser también un acto político.

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